viernes, 1 de marzo de 2013

El cáncer del Partido Popular

Si hay una enfermedad que no quieres ni oir hablar, esa es el cáncer. Silenciosamente va comiéndote por dentro, hasta que explota y se te lleva la vida.
 
El Partido Popular está enfermo de cáncer. Y ese cáncer lo tiene en un puesto, el de tesorero. Todos los que por su sillón se han sentado, han enfermado al paciente, y el último, si no lo cura una medicina milagrosa, está a punto de acabar con él.
 
Hay pacientes muy tozudos, no quieren visitar al médico, ¡ese matasanos no sabe nada! ¡lo único que quieren es ponerme más malo y regodearse!, los hay, ¡y tanto que los hay!. Pero cuando el paciente es un partido político, y cuando ese partido es el que gobierna un país, debe dejar que un médico evalúe la enfermedad con todos los medios que dispone la ciencia, que son muchos.
 
En este caso el médico, es un auditor, es un fiscal, es un juez, es una persona independiente y honrada, que viendo toda la contabilidad, que viendo absolutamente todo, incluso lo sustraído, sin trabas, pueda redactar un informe y decirnos el alcance de la enfermedad y si tiene cura.
 
Pero el cáncer, a medida que pasan los días se hace más fuerte, y es cada vez más difícil de atajarlo. Cuando salta toda la polémica del caso Gürtel donde el tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas es imputado, en ese momento, tendría que haberse llamado al médico, pero se guarda silencio (ya se nota la mano de Mariano Rajoy), con la esperanza que el tiempo nos de una cura sin necesidad de llamar al médico de urgencias.
 
Pero el cáncer no cede terreno, todo lo contrario. Se conocen las cuentas en Suiza, los 22 millones de euros de su tesorero, de Bárcenas, Gürtel empieza otra vez a revolotear como posible diagnóstico, pero se huye de nuevo, el silencio impera en las filas del partido, aunque el malestar general, sobre todo de sus militantes, empieza a ser preocupante.
 
¡Y saltan los papeles de Bárcenas!. El paciente empieza a tener fiebres altas. Las patochadas, las cantinfladas se suceden en boca de todos, pero sobre todo, por la reina de la sala de urgencias, Mª Dolores de Cospedal: El paciente está sano, las especulaciones de la prensa y oposición son maliciosas, y todo es un cuento diferido que no tiene nada que ver con la realidad, una realidad que se salpica con 28 millones de euros en lugar de 22 mll, con una denuncia del propio Bárcenas, con indemnizaciones diferidas y contradicciones que no ayudan en nada a la salud del paciente, todo lo contrario, cada vez agoniza más.
 
¿La cura? Dejar que los médicos examinen al paciente, que le hagan las placas y pruebas necesarias. Que se saque a la luz esos papeles de Bárcenas, que se abran las nueve cajas que se llevó de Génova, que Mariano Rajoy deje de obstaculizar el trabajo de los profesionales, y que una vez se sepa el alcance de la enfermedad, se diagnostique su cura, su castigo, como iguales que somos todos ante la Naturaleza, ante la Justicia.

¿Puede estar el paciente sano? ¡Claro! Pero para saber que está sano, tiene que dejarse observar por especialistas, su empecinamiento en callar, en liarlo todo, en ocultar datos, sólo indica que de sano tiene bien poco. Y si uno es inocente, si uno está sano, dar a entender lo contrario, es no estar en su sano juicio.
 
Y es que, cuando el cáncer se coge a tiempo, muchas veces tiene cura, un perdón puede servir, o la condena puede ser menor, pero cuando se deja que el tiempo transcurra, el daño puede ser irreparable, el cáncer se puede propagar, de forma invasiva o por metástasis, y todos sabemos qué significan éstas palabras, por desgracia.

Por cierto: ¿Qué pensaría éste paciente si el enfermo fuera el de la habitación de al lado, el PSOE? ¿qué es lo que les estarían diciendo Uds? Pues eso, abran los ojos y llamen al médico.

"Vemos la paja en el ojo ajeno, y no vemos la viga en el nuestro"
 
Valencia. 01-03-2013
 
Bea García.
 

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