miércoles, 12 de marzo de 2014

Adiós Rouco. Hola Blázquez.

"Murieron porque hubo personas que, con una premeditación escalofriante, estaban dispuestas a matar a inocentes a fin de conseguir oscuros objetivos de poder. Porque hay individuos y grupos, sin escrúpulo alguno, que desprecian el valor de la vida humana y su carácter inviolable, subordinándolo a la obtención de sus intereses económicos, sociales y políticos."

Y así se despidió, un 11 de marzo, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, arremetiendo contra sus odios y conspiraciones. Un ser despreciable, prepotente, oscuro, grosero, rencoroso, radical, retrógrado, un personaje que nunca supo sumar, más bien restar, un personaje que sólo defendió al sector más cerrado y retrasado de la Iglesia Católica en España, y a sus amigos pederastas. Hoy, su sucesor, el arzobispo de Valladolid Ricardo Blázquez Pérez, tiene una tarea difícil, hacer borrar la imagen que su antecesor ha dejado en mucha gente. Particularmente, me da igual, seguirá las directrices que le marcan, como buen seguidor de la secta Católica, pero espero que al menos deje de insultar a los que no están de acuerdo con su forma de ver el mundo y encima le pagan su sustento.

Hoy es un gran día, al Sr. Rouco Varela se le deja de oír, ahora sólo falta que se marche su máximo seguidor, el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.

Paciencia, que todo llega.

Valencia, 12-03-2014

Bea García.