miércoles, 29 de enero de 2014

La Injusticia, la verdadera Marca España

La Injusticia según la Real Academia Española significa: "Acción contraria a la justicia". Y en eso estamos en éste país, mejor dicho, en esto andan los señores que gobiernan éste país, y fuera, así como sus más allegados seguidores, las grandes empresas.

La Injusticia de leer en los periódicos que una niña de 11 años ha muerto en Rivas Vaciamadrid, porque se le ha caído el columpio donde estaba, al estar mal anclado. Tan sólo hacía falta ponerle un poco de dedicación, y cemento, pero era más rápido y menos costoso dejar el columpio sobre la arena y fumarse un cigarrillo, que cumplir con su obligación, obligación por la cual esas personas, así como quienes tienen que supervisar las instalaciones, cobran su sueldo, sueldo que los padres de esa niña les pagan con sus impuestos.

La Injusticia de oír que el FMI pide otra vuelta de tuerca a la Reforma Laboral llevada por el Gobierno del PP, para crear empleo, y de paso crear más desigualdades entre la clase baja y alta, pues media ya no existe, mientras esta gente sigue con sus sueldazos, sus carísimos trajes, sus lujosos coches, y sus opulentas dietas.

La Injusticia de ver como la Casa Real se ríe de quiénes les mantienen, mientras ellos nos timan, se van de cacerías, nos engañan, y aún tienen la desfachatez de clamar que la Justicia sea igual para todos, mientras usan sus influencias para ocultar sus vergüenzas.

La Injusticia de que unos padres por ayudar a un hijo, avalándole en la compra de un piso, acaben ellos sin techo, desahuciados, y que el Gobierno silencie todo lo relativo a este agravio, porque tan sólo se puede hablar de economía, por orden de su excelentísimo Sr Rajoy.

La Injusticia de ver cómo nos prolongan la jubilación, mientras los que nos obligan, trabajan 4 años y se van de rositas con unos emolumentos que ya quisiéramos tener aunque sólo fueran en sueños, por no hablar de sus posteriores trabajos, esos trabajos que sólo existen cuando ellos están sin trabajo.

La Injusticia de ver como llueven los sobres en determinado partido, escuchar como los justifican, a pesar de la cantidad de beneficios que tienen por tener los puestos que ocupan, mientras lees que casi 700.000 familias carecen de cualquier tipo de ingreso, y no pasa absolutamente nada, no hay ningún tipejo de éstos que se les remueva ningún tipo de sentimiento, excepto el de la avaricia.

La Injusticia de ver como las grandes empresas explotan a sus trabajadores y no se puede hacer nada, pues protestar, pedir Justicia, es verse de patitas en la calle, mientras ellos rellenan huecos sin pestañear y a menor coste, pues la ley se lo permite, ellos las hacen. Saber que lo que tu pagas por un servicio, apenas le llega en forma de sueldo, y cuando le llega, al profesional que te lo imparte, mientras la empresa se lleva la mayor parte.

Cansada. Cansada de tanta corrupción, de tanto cachondeo, de tanto malnacido, de tanta desfachatez, de tanto aprovechado, de tanto caradura, de tanta mierda acumulada. Y es que cansa tanta Injuticia, que hasta se siente envidia de la oposición en Kiev ... porque quizás, si en lugar de ellos darnos los palos, los diéramos nosotros, entonces, tal vez, nos escucharan. Escuchar, que es mejor vivir todos tranquilos, en paz, sin ansiedades, sin crearnos la necesidad de acaparar bienes y fardar ante los demás, sin necesidad de pisotear la dignidad del vecino, de dar la mano en lugar de esconderla, de hablar con verdades y no con mentiras, de ayudar en lugar de poner la zancadilla, de dedicarnos a sonreír en lugar de llorar, de trabajar con dignidad, en lugar de ahogarnos en recortes, en desigualdades y más vueltas de tuerca. Escuchar que queremos trabajar y cobrar dignamente y por supuesto a tiempo, para poder pagar las facturas, llenar la nevera cuando está vacía y dormir tranquilos. Entenderían que no somos idiotas, que queremos que nos digan las cosas como son, al pan pan y al vino vino, y no, que nos contesten con silencios, eufemismos o nos hablen del tiempo. Escucharían que estamos cansados de tantas Injusticias, y que igual, un día, podemos perder los papeles, podemos ser Kiev.

La Injusticia, esa verdadera Marca España que se ha instaurado en éste país y que no tiene abismos de abandonarnos, a no ser que ... 

Un abrazo Carmen.

Valencia 29-01-2014

Bea García.

lunes, 20 de enero de 2014

A la Iglesia no le gusta la tortilla de patatas

La tortilla de patatas, ese manjar español, esa Marca España por excelencia que tanto gusta a tantas personas, excepto a la Iglesia Católica (yo diría a todas las Iglesias, pues todas son lo mismo, puras sectas).

¡No! ¡No he me he vuelto loca! Aunque debería con tanta atrocidad acumulada. Pero es bien cierto, que la tortilla de patatas, pese a hacerla con los mismos ingredientes, nunca nos sale igual, y si la hacen diferentes personas, menos todavía, siempre estará deliciosa, pero siempre tendrá un sabor diferente, dependiendo de cuando pongas la sal, de cuanto calientes el aceite, del tipo de aceite, de la variedad de las patatas, calidad de los huevos, y aún así, con todo casi idéntico, y sabe diferente.

He ahí la gracia, la tortilla de patatas, pese a que nunca nos sale igual, pese a que sabe diferente, siempre es buena. Pero a la Iglesia Católica no le gusta lo diferente, para ella lo diferente está enfermo, persigue, aparta a todo aquel que no sigue sus pautas, casarse por la Iglesia, no divorciarse, ser sumisa en el caso de la mujer, y sobre todo, no ser homosexual. Para el nuevo cardenal español, Fernando Sebastián, designado por el Papa Francisco (ese que todo el mundo anda fascinado, cuando en el fondo es más de lo mismo), ha declarado que la homosexualidad es una enfermedad que debe ser tratada, que no van a dejar de tener misericordia con ellos, pero hay que curarles. Y es que, ser diferente, como la tortilla de patatas, es algo inadmisible para este señor, para el Papa y por ende, para toda la Iglesia Católica. Ni se puede uno casar con quien quiera, ni se puede ser rebelde, ni se puede uno divorciar porque la pareja maltrate o engañe, o porque ya no hay amor, ni se puede ser sexualmente diferente a lo que sus excelencias opinen.

Pero vamos a ver: ¿Quién les ha otorgado la verdad suprema (vaya! si esto era una secta!!)? ¿Quiénes se creen que son para decir lo que es normal de lo que no lo es? ¿Acaso es más impuro el que sin hacer daño a nadie elige como pareja a alguien de su mismo sexo, que quien, como algunos de Uds, abusan de niños indefensos? ¿Quiénes se creen que son para decir quién está enfermo y quien sano, si Uds no son médicos? ¿Por qué lo que predican es lo correcto? ¿Por qué no pueden aceptar que hay diferentes formas de vivir, perfectamente sanas, y nos dejan en paz? ¿Por qué no dejan de tirar piedras a los tejados ajenos y no miran en los suyos? ¿Por qué los que sufren una deficiencia son los homosexuales y no Uds? ¿Por qué no les gusta lo diferente? ¿Acaso por ser diferente no se merece el respeto como a cualquier otra persona? ¿Por qué creen que una persona heterosexual es sana y la homosexual enferma? ¿Por qué tienen tanto miedo a que la gente sea como le de la real gana? 

Cuanto miedo hay a la libertad de pensamiento, cuanto miedo para los que quieren encadenarnos, cuanto daño les hace la educación universal y gratuita.

¿Por qué no les gusta la tortilla de patatas? Mejor un poco de humor entre tanto descerebrado y tanta mierda acumulada, mejor, porque si no ...

Valencia. 20-01-2014

Bea García.