Los
humanos no nos cansamos de establecer cadenas, cadenas para limitar derechos,
para prohibir el paso, para delimitar propiedades, cadenas que nos limitan nuestras
libertades, nuestras acciones. Pero no siempre son las cadenas externas las más
limitadoras, a veces, somos nosotros mismos con nuestras conductas, nuestras
formas de pensar, quienes limitamos nuestros actos, nuestras libertades.
Sólo
seremos libres, cuando rompamos los obstáculos que levantamos en nuestro
interior, y aprovechemos esa energía para alcanzar nuestro destino, porque
somos más fuertes de lo que pensamos, pero las cadenas nos ciegan el camino.
“Las
cadenas de la esclavitud solamente atan las manos, es la mente lo que hace al
hombre libre o esclavo.” Franz Grillparzer.
Valencia.
08-09-2013
Bea
García.
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