viernes, 7 de junio de 2013

Lo que es normal y lo que no lo es.

La crisis es una pesadilla, ya no nos acordábamos de penurias y algunos ni las habíamos conocido (muchos porque nuestros padres las disfrazaban, ellos son los auténticos héroes de miles de niños). Todo esto es cierto, y para casi todos la crisis está siendo devastadora.
 
Oyes, lees en la prensa verdaderas barbaridades, y al final una se empieza a preguntar lo que está bien o no, si es que sólo unos nos damos cuenta de lo que realmente se debe considerar como normal.
 
Yo no sé el resto del mundo, pero que un alcalde, en concreto el de Barcelona, el Sr Trias, diga que si se limitan los sueldos de los alcaldes y concejales, luego pasa lo que pasa, pues no es muy normal. Lo normal es que la honradez no vaya ligada a la cantidad de cifras de su nómina, si no que trabajen de la mejor forma posible que su persona les permita en beneficio de sus conciudadanos.
 
Tampoco es muy normal los sobresueldos de diputados, presidentes, alcaldes etc del partido que gobierna España, incluído el actual presidente, Rajoy, Cospedal, Zoido, Valcárcel, Fabra, Cascos, Aznar, Mato, Sánchez-Camacho, etc es una lista interminable. Y tampoco es normal que encima salgan sacando pecho intentado justificarlos con que son gastos de representación o que son sueldos debidos a otros cargos que realizan para su partido, partido que aunque parte de su financiación sea de donaciones privadas, la otra parte es pública, y deberían tener más conciencia con el dinero que no es suyo. Lo normal sería, a falta de norma que lo regulase, renunciar a esos sobresueldos, porque con las penurias que está pasando la población es indecente que encima lo justifiquen.
 
Tampoco es muy normal, que el partido del Gobierno, de la voz de su eurodiputado, el Sr. Urgaiz, ponga el grito en el cielo por el premio ciudadano europeo concedido a la PAH, como si de una organización terrorista se tratase. No es normal que en un país democrático, el pueblo no pueda expresarse, no pueda contradecir el pensar del partido que gobierna, porque éste considere que lo que ellos dicen es lo único que vale, lo demás es tachado de terrorista. Lo normal sería la libertad de expresión, y escuchar al pueblo, y debatir, y no usar eufemismos, y no mentir. Lo normal es una democracia, no una dictadura.
 
Tampoco es normal repartir a amiguetes, sindicatos, empresas fantasma, y personas ajenas, el dinero público destinado a las prejubilaciones como se ha hecho en Andalucía. Lo normal es administrar el dinero y repartir con justicia a quien se lo haya ganado por ley y de forma honrada, y no esnifárselo.
 
Tampoco es normal que para obtener el poder, se rebajen a niveles indecentes, como apoyar a un concejal condenado por acoso sexual como hizo el PSOE. Lo normal es denunciarlo hasta tirarlo de la concejalía y seguir en la oposición hasta que se ganen el puesto de forma honrada.
 
Tampoco es normal que mientras todos éstos sinvergüenzas malnacidos, se lucran a costa del dinero de todos los demás, haya niños que se vayan a la cama sin cenar, que se levanten al día siguiente y se vayan al colegio sin desayunar, y que como ya no hay clases por las tardes y por lo tanto ya no hay becas de comedor, tengan que ir después de clase, con sus padres, a la casa de la caridad a que les den el que será, con suerte su único plato decente del día. Lo normal sería que ningún niño de éste país pasara hambre, que con todo el dinero que esta gentuza de mierda se lleva a los bolsillos por ser de un partido, o conocer a alguien influyente, o por ser un chorizo, o por ser un señorito de mierda, con todo ese dinero esos niños pudieran hacer sus 5 comidas en lugar de engordar las panzas de tanto desgraciado malparido.
 
Lo normal es ser decente, y no justificar lo injustificable, lo normal es ver sonreir a un niño, no verlo llorar de dolor de estómago del hambre que tiene, lo normal es que un padre pueda dormir tranquilo y no que se marche en mitad de la noche a buscar comida en un contenedor, lo normal es que los políticos sean honrados y no tengamos a esta pandilla de sinvergüenzas, lo normal es que en una democracia se pueda expresar libremente lo que se opina y no que te tachen de terrorista, lo normal es que las promesas electorales se cumplan o se tenga el valor de dimitir, lo normal es que se tenga vergüenza y no, que la sin razón gobierne.
 
Ya lo decía Louis McHenry Howe: "Nadie puede adoptar la política como profesión y seguir siendo honrado". Da que pensar, aunque seguro que los hay honrados, ahora sólo falta descubrirlos y que gobiernen.
 
Valencia 07-06-2013
 
Bea García.
 


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